domingo, 30 de enero de 2011

Sobre sexo, argentinos e industria.

Sin intención de ofender o menoscabar nuestro cine, escribiré unas breves reflexiones sobre ciertas diferencias entre nuestra "industria" y la Argentina.

El cine chileno no es tan pobre ni malo como se le tilda. Tampoco es poco eficiente. Lo que ocurre es que en cierto periodo, digamos el 2000, las películas chilenas se aprovechaban de nuestra idiosincrasia, al punto del hastío.

Otro punto no menos importante es que Chile es un país considerado "caliente" según me comentan amigos de otros países. El sexo es gratuito y sin fin dramático en las películas.

Si uno escucha o lee comentarios de argentinos sobre las películas chilenas, dicen que nos aprovechamos del sexo como manera de explotación y recurso para llevar espectadores al cine, mientras que los argentinos son más centrados.

Y para ir más allá ahora que hablamos de nuestros compañeros argentinos, su cine apunta a uno de calidad internacional. Son capaces de hablar de lo mundano y banal de la vida y lograr un gran film con su consecuente éxito.

¿Porqué lo logran?

Porque saben como demostrar y expresar hechos con un dramatismo que atrapa al espectador porque desborda naturalidad y credibilidad.

Es cierto que los argentinos comenzaron antes que nosotros, pero lo que los separa de nosotros abismalmente, es que tienen cultura cinéfila.

Pero a pesar de todo, Chile avanza poco a poco, mejora, se ha concentrado en sus argumentos, más que del "sexo".

Esperemos que pronto crezcamos pronto como industria para ver a muchos directores independientes contándonos sus historias.

JUANCA

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